By TAMI QUIGLEY Staff writer
“Truly I must acknowledged at this moment in my life that what God has worked in me has not been what I would have expected, but this is because God’s plans for me are greater than I could ever have imagined,” said Juan Eduardo Rodriguez, who will soon be serving the Diocese of Allentown as a transitional deacon.
Bishop Alfred Schlert will administer the Sacrament of Ordination by ordaining Rodriguez a transitional deacon during the Rite of Ordination to the Diaconate Saturday, May 18 at 10:30 a.m. at the Cathedral of St. Catharine of Siena, Allentown.
As a transitional deacon, Rodriguez will share God’s word, bring Viaticum to the dying, celebrate funerals, assist with and bless marriages, baptize, instruct people in the faith and perform works of charity.
“The Diocese is very happy and proud to be ordaining Juan Eduardo to the Diaconate. He truly has a servant-leader’s heart, which characterizes our Lord’s call to service, most especially in the ordained ministry of the deacon. I know he will bring a great deal of joy and zeal to his ministry and his assignment,” said Father Christopher Butera, Diocesan director of seminarian formation and administrator of Sacred Heart, Bath.
“The timing of God is perfect, and with the help of God’s grace, I will be ordained a transitional deacon of the Catholic Church for the Diocese of Allentown,” said Rodriguez, who is of Dominican origin. “I have recently finished, with the grace of God, my third year of theology at Mount St. Mary’s Seminary in Emmitsburg, Maryland.
“I hope to receive from God the grace of his help. These words may sound easy, but the reality of asking for the grace of God’s help is not something that is always easy to do. After all, we, as humans, want to be self-sufficient, but we are called to be humble and recognize that we are not really capable of doing anything on our own.
“We all need the grace of God’s help to live our particular vocations to God.
“Asking for God’s help is something that must be affirmed with courage every day and learned every day, especially in my case as a transitional deacon. This can be done by, first of all, recognizing that God is the one who knows how much help I will need and what I can accomplish with his grace.
“This is because only God knows better than we do our family history, our experiences and a thousand other variables that contribute to the unique picture of our dependence on the divine.”
Rodriguez, 46, was born and raised in the Dominican Republic. After graduating from Liceo Nocturno Los Alcarrizos High School, Santo Domingo in 1992, he graduated as a graphic designer from the University of Santo Domingo in 1997 with a degree in graphic design.
“From a very young age, I was raised and educated in the Catholic faith. When I was a teenager, I was an altar server. And when I was a young adult, I served as a catechist, lector and singer. As an adult, I served as the religious education officer of my parish in the Dominican Republic,” Rodriguez said.
Rodriguez is the son of Eduardo and Juana Rodriguez of Allentown.
“I am the second of three siblings to Martin Rodriguez and Rosa Rodriguez. Two other brothers who are a gift from God are Chelsea Moronta and Alexander Garcia. In Allentown I have many relatives, friends, and brothers and sisters in the faith. I have been a member of St. Paul, Allentown since I immigrated to the United States of America in 2007,” he said.
“I thank God for all the angels that the Lord has placed on this path of discernment and vocational training because without the help of them, I believe that it would not have been possible to reach this day on which, by the grace of God, I will be ordained as a transitional deacon to serve at the Lord’s table and, through the celebration of the sacraments, to serve the holy people of God who are pilgrims in the Catholic Church of Allentown. God bless us.”
‘Yo Seré Ordenado Como Diácono Transitorio’
El tiempo de Dios es perfecto, y con la ayuda de la gracia de Dios, ¡Yo seré ordenado como Diácono Transitorio de la Iglesia Católica para la Diócesis de Allentown! Hola, soy Juan Eduardo Rodríguez.
Soy de origen dominicano, soy seminarista de nuestra Diócesis de Allentown y recientemente finalicé, con la gracia de Dios, mi tercer año de Teología en el Seminario Mount St. Mary en Emmitsburg, Md.
Yo seré ordenado como Diácono Transitorio por la imposición de las manos de nuestro Obispo Alfred A. Schlert el próximo sábado, 18 de mayo, a las 10:30 am en la Catedral de Santa Catalina de Siena, Allentown.
Yo debo reconocer realmente que en este momento de mi vida que lo que Dios ha trabajado en mí ha superado mis expectativas y esto se debe a que los planes de Dios para mí son mayores de lo que jamás yo podría haber imaginado.
Espero recibir de Dios la gracia de su ayuda. Pedir la ayuda de Dios, estas palabras pueden sonar fáciles, pero la realidad de pedir la gracia de la ayuda de Dios no es algo que siempre sea fácil de hacer. Después de todo, nosotros, como seres humanos, queremos ser autosuficientes, pero estamos llamados a ser humildes y reconocer que realmente no somos capaces de hacer nada por nuestra cuenta.
Todos necesitamos la gracia de la ayuda de Dios para vivir nuestras vocaciones particulares a la que Dios nos llama. Pedir la ayuda de Dios es algo que debe afirmarse con coraje todos los días y aprender todos los días, especialmente en mi caso como Diácono Transitorio.
Esto se puede hacer en cualquier tipo de vocación, en primer lugar, si nosotros reconocemos que Dios es el que sabe cuánta ayuda necesitamos y lo que podemos lograr con su gracia. Esto se debe a que solo Dios sabe mejor que nosotros nuestra historia familiar, nuestras experiencias y miles de otras variables que contribuyen a la imagen única de nuestra dependencia de lo divino.
Yo nací y crecí en la República Dominicana. Después de la secundaria, me gradué como diseñador gráfico en la Universidad Pública de Santo Domingo la República Dominicana (UASD).
Desde muy joven, fui criado y educado en la fe católica. Cuando era adolescente, era un servidor del altar (monaguillo), y cuando yo era un joven adulto, serví como catequista, lector y cantaba en el coro parroquial. Como adulto, me desempeñé como el encargado de educación religiosa de mi parroquia en la República Dominicana.
Mis padres son el Sr. Eduardo Rodríguez y la Sra. Juana Rodríguez. Soy el segundo de tres hermanos: Martin Rodriguez y Rosa Rodriguez. Tengo otros dos hermanos que son un regalo de Dios como digo yo: Chelsea Moronta y Alexander García.
En Allentown tengo muchos familiares, amigos y hermanos en la fe. He sido miembro de la Parroquia St. Paul en Allentown, PA, desde que emigré a los Estados Unidos de América en 2007.
Doy gracias a Dios por todos los ángeles que el Señor ha puesto en este camino de discernimiento y formación vocacional, porque sin la ayuda de ellos creo que no hubiera sido posible llegar a este día en que por la gracia de Dios seré ordenado como diacono transitorio para servir en la mesa del Señor y a través de celebración de los sacramentos al pueblo santo de Dios que peregrina en la Iglesia Católica de Allentown. Que Dios nos bendiga.